martes, 21 de julio de 2009

EL PAPA RECIBE EN AUDIENCIA PRIVADA A LA FAMILIA REAL


El pasado día 9 de Julio del 2009, Su Santidad el Papa Benedicto XVI recibió en Audiencia Privada a la Familia Real encabezada por S.M. Don Carlos Hugo de Borbón-Parma y por S.A.R. el Príncipe de Asturias, Gerona y Viana, don Carlos Javier de Borbón-Parma.

La Audiencia duró más de una hora y se desarrolló entre manifestaciones de afabilidad y cariño recíproco.


domingo, 19 de julio de 2009

DVD del ACTO DE POBLET



Con motivo del pasado acto del 9 de Mayo del 2009 en Poblet en el que se conmemoraba los 175 años del Carlismo y que contó con la asistencia de S.M. Don Carlos Hugo, de S.A.R. el Príncipe de Asturias así como de otros miembros de la Familia Real, se ha realizado un DVD en el que se recogen todos los momentos del acto y que fue presentado el Viernes 17 de Julio del 2009 en Tarragona.


Dicho DVD se puede adquirir al precio de 20.- Euros solicitándolo al correo: hugodeprado@hotmail.com.



miércoles, 15 de julio de 2009

EL CENTENARIO DE S.M.C. CARLOS VII

Ya diluida por completo la artificial conmemoración del inicio de la Guerra de la Independencia que fue fomentada el año pasado con tanto “P´atiótico” entusiasmo por las instituciones políticas del Estado como acogida con pasividad e indiferencia por el pueblo español y bien entrados en el año 2009 hay dos hechos de relevante importancia que se conmemoran precisamente en este mes de Julio cuales son el Centenario de la Semana Trágica de Barcelona y el Centenario del fallecimiento de S.M.C. Carlos VII de España y XI de Francia., siendo a éste último al que primero dedicaremos unas líneas.


Don Carlos María de Borbón y Austria-Este, nació en el exilio al que fue condenado por la dinastía que usurpó el trono de las Españas en 1833, concretamente en la localidad, entonces austriaca de Laibach (hoy Lubliana, Eslovenia) el 30 de Marzo de 1848. Nieto de don Carlos V, Rey de las Españas, e hijo de Don Juan III y doña Beatriz de Austria-Este, sufrió desde muy joven la separación de sus padres viviendo en compañía de su madre en Módena y siendo educado por su abuela paterna la Princesa de Beira quién inculcó en el entonces joven príncipe el amor al pueblo español y a sus obligaciones como futuro rey.


Con solo veinte años, el 3 de Octubre de 1868, Don Carlos se convirtió en Rey de derecho de los españoles tras la abdicación de su padre aunque para muchos carlistas ya era considerado Rey desde que, en 1864, la Princesa de Beira le proclamase como tal en su “Carta a los Españoles”.


Tras la crisis del régimen Isabelino en 1868, tuvo multitud de proposiciones de los gobiernos provisionales de España para proclamarlo y aceptarlo como Rey a cambio de que se entregará incondicionalmente a ser un instrumento de los intereses de clase que representaban los liberales, proposiciones éstas que siempre declinó por no querer renunciar jamás a unos principios que de haber imperado en las Españas habrían evitado tanta efusión de sangre y tantas tragedias que nos han ido empequeñeciendo con el tiempo.


Durante los años inmediatos a la Revolución de Septiembre de 1868, Carlos VII desplegó una inusitada actividad política fruto de la cual fue la reorganización política del carlismo que en aquel entonces actuaba bajo el nombre de Comunión Católico Monárquica, la obtención de cincuenta diputados en las elecciones legislativas de 1871, los acuerdos políticos con los Republicanos Federales que terminarían pasándose en masa a las filas carlistas ante las maniobras de Prim por imponer en el trono de San Fernando a un príncipe extranjero como era Amadeo de Saboya y llegando a ser reconocido como rey legítimo de las Españas por la propia Isabel, llamada la II, quién le ofreció tanto su apoyo como el de su hijo, Alfonso.


En 1872, ante el deterioro y la inestabilidad de la situación política y social española, Don Carlos VII entra en España dando comienzo la III Guerra Carlista que se prolongaría hasta 1876 y que terminaría con la derrota del Ejército Carlista tras el cierre de la frontera francesa y el golpe de Estado del General Martínez Campos en Sagunto.


Tras el final de la guerra, Don Carlos VII inicia una gira por todo el mundo visitando países como Estados Unidos, Inglaterra, Méjico y Colombia, siendo recibido oficialmente en estos dos últimos como Rey y Jefe de Estado y convirtiéndose, por tanto, en el primer rey de los españoles que visitaba la América hispana. Al término de esta gira se instala en Francia donde reside hasta su expulsión forzada por el gobierno de Madrid en 1881.


En 1887, al morir su tío Enrique V, Conde de Chambord, don Carlos le sucede en los derechos al trono de Francia por lo que a partir de ese año, Carlos VII de España se convierte también en Carlos XI de Francia considerando siempre que primero debía figurar su titulo de Rey de los Españoles por haber sido los derechos que primero había adquirido zanjando de éste modo todo el problema que suscitaba si primero debía considerarse Rey de las Españas o de Francia.


Desde que finalizara la III Guerra Carlista, don Carlos VII siempre mantuvo, a pesar de la lejanía y la persecución, su implicación en la política española y su relación con los carlistas siendo públicamente conocido que siempre recibía en su exilio italiano a cuantos españoles se acercaban a él sin importar su filiación o procedencia política. Don Carlos VII falleció hace justamente cien años, el día 18 de Julio de 1909, sucediéndole tanto en los derechos al trono de las Españas como al de Francia su hijo Jaime III de los españoles y I de Francia.


A lo largo de su vida, Su Majestad Don Carlos VII demostró ser un gran conocedor de la política española e internacional tal y como lo demuestran sus escritos, principalmente su “Diario y Memorias”, su “Testamento Político” y su correspondencia política mantenida con diversos líderes políticos de España y de Ultramar y, es indudable, que de haber reinado de forma efectiva la política interna de España se hubiera orientado hacia una constitución federal o federativa del reino que incluso habría abarcado a las provincias de ultramar todavía españolas (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) mientras que la política exterior se habría dirigido principalmente hacia Europa, intentando crear una gran coalición latina junto con Francia y Portugal al tiempo que mostraría una vertiente hispana, intentando fomentar una gran confederación con Ibero América.


Tomado de El Chouan Ibérico



lunes, 25 de mayo de 2009

VALLE INCLÁN, CARLISTA


Don Ramón María del Valle Inclán (1866-1936) es sin ningún género de duda el autor más completo de la literatura española contemporánea y el más innovador en las artes escénicas, cultivador triunfante de todos los géneros literarios sin excepción y creador del subgénero del “Esperpento”.

No obstante presenta, don Ramón, una faceta interesadamente oscurecida y difuminada en todos los manuales de Historia de la Literatura Española cual es su militancia carlista, que se presenta como una mera característica bohemia del autor y como simple inspiración de alguna de sus obras entre las que se encuentra su trilogía sobre la III Guerra Carlista integrada por las novelas “Los Cruzados de la Causa”, “Resplandor en la Hoguera” y “Gerifaltes de Antaño”. Y es que la mayoría de los españoles conocen al Valle Inclán bohemio, al Valle Inclán opositor a la dictadura del General Primo de Rivera y al Valle Inclán entusiasmado con la proclamación de la II República Española, pero no al Vallé Inclán carlista.

El Carlismo, para Vallé Inclán fue una militancia política real, sincera y comprometida en la que le constan varios servicios prestados a la causa como publicista y columnista en algún que otro periódico vinculado a la red de prensa carlista y con alguna pequeña obra directamente propagandística como “La Corte de Estella” aparecida en Enero de 1910 en la Revista “Por Esos Mundos”. Así, en sus comienzos literarios, tras abandonar los estudios de Derecho y dirigirse a Madrid donde encuentra graves dificultades para abrirse camino como escritor, viaja a Méjico, a principios de 1892, con una carta de recomendación de S.M. Carlos VII que el permite incorporarse a la redacción de “El Correo Español” en Ciudad de Méjico. El hecho de que el joven Valle Inclán obtuviera con veintiséis años de edad una carta de recomendación de Don Carlos VII, quién a la sazón residía en ese tiempo exiliado en Italia, pone de manifiesto que don Ramón ya debía de ser muy conocido y considerado dentro de las filas carlistas pues, aunque don Carlos siempre estaba dispuesto a favorecer a los españoles que se encontraban en el extranjero e incluso a abrirles las puertas de su residencia italiana, no es creíble que entregara una carta de recomendación a cualquier desconocido.


En 1910 y ya siendo un autor consagrado con numerosas obras publicadas entre las que se encuentran la totalidad de “Las Sonatas”, la trilogía de la III Guerra Carlista y varias de sus “Comedias Bárbaras” se le ofrece la posibilidad de presentarse como candidato a diputado por el Partido Carlista en la circunscripción de Monforte de Lemos, oferta que rechaza al tener que acompañar a su esposa, la actriz Josefina Blanco, como director artístico de su compañía durante una larga gira por Hispanoamérica. Será durante esta gira teatral donde don Ramón del Valle Inclán no cejara de dar muestras de adhesión al Carlismo y al nuevo Rey Legítimo, don Jaime III, pronunciando innumerables conferencias y llegando a ser agasajado en el Círculo Carlista de Buenos Aires con un banquete al que asistieron más de cien personas y en cuyos postres, tal y como recoge el diario “El Pueblo de Buenos Aires”, don Ramón manifestará:

«Convencido de la grandeza del ideal carlista, entendía que era deber mío consagrar mis energías a su defensa, aunque ello significa restarme todos mis lectores anteriores, como en efecto me los resté en un solo día, pues al publicar mi primera obra carlista, no me quedó ni uno sólo de mis anteriores lectores, y la prensa en general que antes me llenara de elogios, no tuvo para esta obra ni la leve noticia de su aparición.

Pero no importa; estoy decidido a continuar la labor, dedicando el único brazo a manejar la pluma, y si algún día fuese necesario ese brazo para defender la Causa en otro terreno, a ello estoy firmemente decidido».

A su regreso a España en 1911, participara en el acto homenaje celebrado en el frontón Beti-Jai de Madrid (sito en el número 7 de la Calle Marqués de Riscal y hoy en estado de ruina y en peligro de desaparición a causa de la especulación inmobiliaria) a todos los diputados carlistas que se opusieron a la llamada “Ley del Candado” reiterando su adhesión incondicional a S.M. Jaime III.

Muchos, situaran el comienzo de la I Guerra Mundial como el momento en que Valle Inclán romperá con el Carlismo, lo cual constituye una falsedad interesada más. Valle Inclán se opondrá a Vázquez de Mella y a su escisión tan personalista como integrista y aunque aliadófilo convencido mantendrá ante el conflicto la neutralidad ordenada por S.M. Jaime III, no dudando en visitar el frente francés como corresponsal de guerra de la prensa hispanoamericana apareciendo en las trincheras tocado de boina roja, polainas y capote militar, vestimenta ésta que junto con su poblada y desgarbada barba, hizo que en más de una ocasión los soldados le confundieran con un general.

No faltarán quienes, queriendo ofender a don Ramón o aproximarlo a sus respectivas posiciones políticas, pongan de manifiesto que su oposición a la Dictadura del general Primo de Rivera en 1923 o su adhesión a la proclamación de la II República en 1931 constituyen una incoherencia personal o una manifestación inequívoca de su abandono del carlismo ignorándose que ambas posturas políticas no solo eran coherentes con el ideario carlista sino también ordenadas por su jefe máximo, don Jaime III, quién desde un principio se opuso al golpe de estado de Septiembre de 1923 prohibiendo a todos los carlistas la colaboración con el Directorio Militar primero y con la Unión Patriótica después al tiempo que, el 14 de Abril de 1931, saludo la proclamación de la II República como una posibilidad de regeneración del país. Así pues el hecho de que don Ramón María del Valle Inclán se presentara ante el Ministerio de la Gobernación a las pocas horas de proclamarse la República aquel 14 de Abril de 1931 exigiendo a voz en grito que «el rey no escapase a la justicia del pueblo» no solo no implica un acto de ruptura con la disciplina carlista sino que incluso parece ser agradecido y recompensado por el Rey legítimo, don Jaime III, quién pocos días después le escribe desde su exilio en Francia la siguiente carta:

“Mi querido Valle-Inclán: Desde hace tiempo quería darte una muestra de mi aprecio probándote mi agradecimiento por el tesón con que has defendido siempre en tus admirables escritos la causa de la Monarquía legítima que yo represento.


He pensado en crearte caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita, recientemente creada por mí, y que es a mis ojos símbolo de todos los heroísmos y de todas las grandezas patrias. Por la presente, vengo pues a conferirte la dignidad de Caballero de esta Orden, no dudando que con ello cumplo un deber de justicia y de agradecimiento.
Dios te guarde.

Tu afmo. Jaime”.


Don Ramón María del Valle Inclan, como artista y literato fue un creador original, como intelectual fue plenamente libre sin sujeción a dogmatismos estériles y como carlista fue un heterodoxo de la causa como también lo fue su admirado Cura Santa Cruz, pero a fin de cuentas… ¿Qué es el Carlismo si no una creación original, una unión de personas libres y leales y una heterodoxia constante?.

Tomado de El Chouan Ibérico
http://www.elgritodelalechuza.blogspot.com

domingo, 3 de mayo de 2009

9 DE MAYO: ¡¡¡TODOS A POBLET!!!


El próximo sábado 9 de Mayo del 2009 y como colofón a la conmemoración del 175 aniversario del Carlismo, tendrá lugar en Poblet (Tarragona), un acto de homenaje a la Familia Real y a todos los carlistas que han luchado y luchan por la Justicia y la Libertad en las Españas. Dicho acto contará con la asistencia de S.M. El rey a quien acompañarán varios miembros de la Familia Real.

El programa de actos previstos es el siguiente:

10,00.- Entrega de las acreditaciones a los asistentes al Acto de Poblet 2009.
10,30.- Sesión del capítulo de la ROLP con imposición de la medalla a los nuevos miembros. (En Sala de abajo del Palacio Nuevo del Abad)
11,30.- Acto conmemorativo del 175 aniversario del Carlismo con diversos parlamentos
13,30.- Santa Misa en la iglesia del Monasterio
14,00.- Ofrenda floral a los reyes de la Corona de Aragón
14,30.- Comida de homenaje en el Hostal El Senglar de l’Espluga del Francolí (a 2 km. de Poblet)
17,30.- Clausura de los Actos por Don Carlos Hugo y despedida a los participantes.

Asimismo resulta del máximo interés lo siguiente:

Se establecerá un servicio de transporte en autobús para desplazar a participantes desde Tarragona. Salida a las 09,15 horas de la estación de RENFE de Tarragona, con parada a las 09,40 horas en la estación de RENFE del Camp (AVE y Alvia) y salida directa hacia Poblet. Para la vuelta se saldrá de la Espulga del Francolí hacia las 18,00-18,15 horas con parada en la estación del Camp y final en la estación de RENFE de Tarragona hacia las 19,30 horas.

Sería conveniente traer boina roja o boina blanca, así como la medalla de la Legitimidad Proscrita los miembros de la Real Orden. También, recomendamos traer el recibo de transferencia del importe, ya que la entidad bancaria no ha facilitado la totalidad del nombre en algunos casos.

Ante cualquier incidencia u observación que durante el transcurso de los actos nos quiera transmitir deberá dirigirse a los miembros de la organización acreditados como tales.

Solamente las personas debidamente acreditadas podrán acceder a los diversos actos conmemorativos.

La fecha límite para realizar el ingreso del importe de 50€ de la comida homenaje, en la cuenta de Caixa de Tarragona, núm. 2073 00 74 34 0110968507, de la sucursal de Plaza Imperial Tarraco de Tarragona, cuyo titular es la asociación de Amics de la Historia del Carlisme de Catalunya, será la del día 5 de mayo de 2009.

Si necesitan más información se pueden poner en contacto con:
- Hugo Fermín Núñez de Prado El Cid hugodeprado@hotmail.com tel.675 539 711
- Matías Palau Sanahuja palau-servad@logiccontrol.es tel. 609 764 447
- Ramón Hernández Oter ramon1940@yahoo.es tel. 649874499

Esperamos y deseamos que el Acto de Poblet sea un éxito rotundo de asistencia y de vitalidad de la Causa.

jueves, 30 de abril de 2009

EL 3 DE MAYO: ¡¡TODOS A MONTEJURRA!!


El próximo Domingo, día 3 de Mayo del 2009, bajo el lema “A LA CRISIS SOLIDARIDAD Y AUTOGESTIÓN”; tendrá lugar en la Campa de Ayegui, en las proximidades de Estella (Navarra) y a los pies del histórico Monte Jurra que representa la permanente lucha por las libertades Navarras e Ibéricas contra el centralismo y la destrucción de la idiosincrasia de los pueblos, el acto político anual Carlista, al que recomendamos asistir a todos los carlistas.


Con motivo de este acto político donde se plantean alternativas valientes que nadie plantea se ha preparado el siguiente programa de actos:


Sabado, 2 de Mayo:

17:00 h -REUNIÓN especial y monotemática del Consejo Federal de Dirección, en el Circulo Carlista de Estella.

20:00 h -CONCIERTO de música a cargo de Emilio Arias Martinez, en ´Auditorio J. Romano´ de Estella (Plaza Coronación)

21´30 h -CENA en el Circulo Carlista de Estella (Plaza Coronación, 4-1º)


Domingo, 3 de Mayo:

10:00 h -SUBIDA a Montejurra. Se inicia en la campa de Ayegui (Via-Crucis, y parada para plantar un roble en memoria de Ricardo y Aniano, asesinados en Montejurra-76)

13´45 h -ACTO POLITICO en la campa y saludo de nacionalidades. Intervendrán:
-- Jesús Mª Aragón - Secretario de EKA-Navarra
-- Gloria Moro - Candidata primera a las elecciones europeas
-- Evaristo Olcina - Secretario General Federal del Partido Carlista

15:00 h -COMIDA popular en la campa

(Es costumbre, antes de marchar, homenajear ante el monolito, a Ricardo y Aniano)


OTROS ACTOS:


- Almuerzos en la campa
- Habrá misas en el monastrio de Irache (11:00 h) y en la Gruta del Cristo Negro, cima de Montejurra (11´30 h).


Esperamos y deseamos que este Montejurra 2009, sea un total éxito y que el histórico y entrañable monte vuelva a ponerse la boina y a calzarse las alpargatas.


martes, 14 de abril de 2009

Extracto de la Declaración de D. Carlos Hugo de Borbón Parma del 24 de abril de 1976: La Unidad del Carlismo


El Carlismo, por mucho que algunos se empeñen, siempre ha formado un solo cuerpo. En torno a los valores permanentes que se han ido expresando y plasmando según las épocas, los tiempos y las circunstancias se ha mantenido unido el Carlismo. Estos principios que son las esencias espirituales, la libertad de la persona, las libertades de los pueblos, nuestra Patria como federación de los pueblos que componen el Estado Español, los principios socialistas de igualdad y libertad en lo económico y en lo social, la unidad en torno a la dinastía como institución eje para garantizar nuestra continuidad, son los conceptos revolucionarios y democráticos que el Carlismo ha mantenido en el transcurso de toda su existencia y por los que tantos han dado su vida y sus bienes.


Ésta es la unidad del Carlismo. No puede haber otro Carlismo. Fuera de esta línea ideológica ya no se puede llamar carlista. Es el Pueblo quien en su dinámica política a través del pacto con la Dinastía ha determinado esta línea y la mantiene viva día a día. Los esfuerzos para mantener esta unidad en la lucha por la libertad y la democracia representan el plebiscito cotidiano que hace el Carlismo de su propia ideología. Esta es la unidad del Carlismo, por mucho que intente la clase dominante presentarlo dividido con torpes maniobras.


El Partido Carlista, vanguardia del Carlismo, carga con la responsabilidad para que esa línea sea aplicable en los momentos de lucha y se puedan alcanzar los objetivos principales que son la construcción de un socialismo plural y de autogestión global en un Estado federal, ideal que comparten con el Carlismo muchísimos españoles de hoy.


El mantener el Partido Carlista organizado, es decir actuante en estos momentos, es responsabilidad de todos y cada uno de los carlistas. No bastan las meras intenciones. Cada carlista, hoy mas que nunca, debe tener una presencia firme en la lucha o ayudar al Partido. Las buenas intenciones no bastan. La acción, la entrega, el sacrificio son imprescindibles para el éxito de nuestra lucha, para alcanzar las libertades. Las libertades nunca han sido otorgadas siempre han sido conquistadas por el pueblo.


Tomado de http://www.bierzocarlista.wordpress.com/

miércoles, 1 de abril de 2009

UN REY ANTE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA


Este mes de Abril al conmemorarse la proclamación de la II República en España, muchos se acordaran de la salida por Cartagena de Alfonso, llamado el XIII o se les representara la conocida foto de la Puerta del Sol de Madrid ese 14 de Abril de 1931, pero muchos desconocerán por ignorancia interesadamente fomentada que el Rey de las Españas, Don Jaime III, entonces exiliado en la Francia de la III República, (circunstancia esta que contrasta con la elección de la Italia Fascista como lugar de exilio por parte de Alfonso, llamado el XIII) y que un año antes declinó la invitación de don Miguel de Unamuno para sumarse al pacto de San Sebastián, publicó un manifiesto saludando la proclamación de la República e indicando los derroteros que debían tomar los gobiernos del nuevo régimen para consolidarse pacíficamente en España.

Su Majestad, don Jaime III, publicó su manifiesto el día 23 de Abril de 1931, es decir, nueve días después de proclamada la república y en el mismo proponía, entre otras cosas, la convocatoria de un referéndum para decidir sobre la forma de gobierno en España (Monarquía o República) y la adopción de una ley electoral de carácter proporcional íntegra semejante a la existente en otros países europeos de primera línea.

En el mencionado manifiesto, don Jaime III solicita a los carlistas que “colaboren con el gobierno provisional en prevención de explosiones de desórdenes callejeros, para poder llegar el Gobierno, respetando las libertades esenciales, a la convocatoria de unas Cortes Generales Constituyentes, que son hoy una necesidad imprescindible y uno de los principios esenciales de nuestra actuación en los últimos años así como ha sido siempre el fundamental objeto de nuestra política realizar la federación de las distintas nacionalidades ibéricas.”

Igualmente, dirigiéndose especialmente a los carlistas les insta a promover “la organización de un gran partido monárquico, federativo, anticomunista, defensor de las grandezas patrias, intensamente progresivo, amigo de las reformas sociales y que coloque a la Iglesia y al Ejército en su verdadero lugar, lejos de toda política”.

Por su parte, dirigiéndose al gobierno provisional y a los líderes de la recién proclamada república, el Rey Jaime III, les pide que elaboren una ley electoral, apartada del caciquismo imperante en el derrocado régimen y en la que se “adopte el único sistema de escrutinio que permite aprovechar hasta el último voto de todos los ciudadanos: la representación proporcional íntegra, usada en las grandes naciones europeas. En estas elecciones, deben pronunciarse, de un modo definido, sea por la República, sea por una Monarquía renovada, progresista, ampliamente descentralizada, que no ofreciera ningún punto de contacto con el antiguo sistema, precisamente a causa de la creación de las grandes administraciones federales en las distintas regiones hispanas”.

No deja don Jaime de mostrar su preferencia por la forma de gobierno monárquica pero tajantemente termina su manifiesto afirmando que “si la voluntad nacional, libremente expresada, se pronunciara a favor de la República, yo pediría a los monárquicos que colaborasen en la obra inmensa que es construir la federación de la nueva España, dispuesto siempre a renovar, en los momentos críticos, el ofrecimiento de mi persona que hago a España”.

Lamentablemente, las propuestas de don Jaime no fueron atendidas en lo más mínimo. La II República, poco antes de cumplir su primer mes de vida, desbarraba hacia el caos y la violencia callejera que tuvo su primera manifestación en la quema de iglesias y conventos el 10 de Mayo de 1931 y a fines de ese mismo año, promulgaba una constitución que, ignorando la realidad social española, institucionalizaba un fuerte y agresivo sectarismo que, rozando lo ridículo, alejaba a la mitad de los españoles del nuevo régimen y sembraba los vientos que habrían de traer la tempestad de la guerra civil de 1936 a 1939.

Tomado del blog "El Chouan Ibérico" http://www.elgritodelalechuza.blogspot.com

viernes, 27 de marzo de 2009

UN DEMÓCRATA QUE RENOVÓ EL MOVIMIENTO CARLISTA

Mañana, día 7, se cumplen 30 años de la muerte en Chur, Suiza, de mi padre, don Javier de Borbón Parma, que no pudo celebrar el restablecimiento de la democracia en España que con tanta ansiedad esperaba.

Desde muy joven mi padre tuvo una aguda conciencia de su vocación pública, a la que le empujaba su responsabilidad histórica en el marco de nuestra dinastía.

Su vida se desarrolló en tiempos turbulentos en los que dos guerras mundiales y dos derivas políticas dramáticas, el nazismo y el estalinismo, convirtieron a Europa en un espacio de desolación y muerte.

Esa terrible experiencia la vivió don Javier no como un espectador concernido pero distante y protegido por su condición dinástica sino situándose en su mismo centro, asumiendo los riesgos y los desafíos propios de toda lucha e intentando hacer una obra útil de pacificación y concordia.

Su temprana iniciativa para lograr una paz separada entre Austria y los aliados en la Primera Guerra Mundial; su lucha contra el nazismo y su incorporación a la resistencia que acabará llevándole al campo de concentración de Dachau, donde su entereza y su serenidad le ganaron una consideración unánime.

Finalmente, sus intentos bien intencionados pero inútiles para evitar la Guerra Civil española, no siempre bien entendidos por sus partidarios, le dejarán un poso de tristeza y frustración, reforzando su voluntad de actuación política.

Mi padre fue un hombre de profundas convicciones cristianas que presidieron tanto su vida privada como sobre todo su acción pública, que no concebía como un ejercicio para la conquista y conservación del poder de unos pocos sino como práctica, guiada por la justicia social y puesta al servicio de todos, en particular de los más desvalidos.

Esta opción, considerada habitualmente como un componente de la ideología de izquierda, provenía en su caso directamente de su fe religiosa, que él hacía compatible con el ideal de progreso de la modernidad.

Estos supuestos se convirtieron en el eje mayor de la transformación del carlismo, cuando después de haber recibido de manos de su tío Alfonso Carlos el liderazgo dinástico consideró que había llegado el momento de actualizar el pensamiento y los valores del movimiento carlista adecuándolos a las condiciones del mundo contemporáneo, aunque manteniéndole fiel a su inspiración fundamental, que no era de naturaleza individualista sino comunitaria.

Su alineamiento total e incondicional con las fuerzas que lucharon por el establecimiento de una democracia en España aportó a los organismos que les representaban, de los que la Platajunta fue la más clara expresión, la defensa de la diversidad, la exigencia del pluralismo, la integración de las fuerzas populares y de base, la apelación a la sociedad civil y a los movimientos sociales.

Por ello, sin olvidar que la libertad es un acto eminentemente individual, el carlismo renovado la revindica también para los colectivos, tanto en su funcionamiento interno como en su proyección externa.

La constitución de la autogestión en eje mayor de nuestra doctrina responde a ese planteamiento al igual que la reivindicación de una convivencia armónica entre las diferentes ideologías y las distintas comunidades de vocación regional y/o nacional que existen dentro de España.

Finalmente, don Javier, muy próximo a los problemas del campo y de la tierra -además de politólogo fue ingeniero agrónomo-, acertó a transmitirnos su sentido de responsabilidad por el destino de nuestro planeta y la supervivencia de la humanidad.

Como jefe de nuestra familia dinástica, como heredero de mi padre, duque de Madrid y de Parma, y consciente de unos derechos y obligación que me vienen de la historia, quiero agradecer al Diario EL PAÍS la oportunidad que me da en este recuerdo necrológico de reconstruir en estos tiempos de memoria histórica una memoria tan secuestrada y maltratada como la de mi padre, su familia y la corriente de opinión que ha representado y que, dentro de la legalidad vigente, sigue representando.

CARLOS HUGO DE BORBÓN PARMA

Publicado con motivo de el aniversario del fallecimiento de Don Javier de Borbón Parma, en el diario "El Pais" el día 6 de Mayo de 2007 y tomado de la página

viernes, 20 de marzo de 2009

IN MEMORIAM ¡¡VIVA EL REY JAVIER I!!

En el año 2007, se conmemoró el trigésimo aniversario del fallecimiento de quien fuera el REY (así, con mayúsculas) de las Españas, don Javier I de Borbón-Parma quien, por su conducta personal y política, ha sido y es uno de los pocos príncipes que en Europa merecen el adjetivo de GRANDES.


Don Javier vino al mundo en la Toscana italiana el 25 de Mayo de 1889 siendo bautizado cinco días después con el nombre de Javier en honor del Santo Patrón de Navarra y por expreso deseo de su padre don Roberto de Borbón-Parma quién había combatido en la Tercera Guerra Carlista.


España y el carlismo constituyen partes importantes, y posiblemente fundamentales, de la vida política de Don Javier, pero no las únicas porque como príncipe Europeo no dio la espalda a los acontecimientos que amenazaban el continente teniendo una vida repleta de sacrificios y actividades políticas y militares dignas de verse reflejadas en una novela de aventuras. Así, en el año 1900 participó en una conspiración monárquica en Portugal que pretendía restaurar la monarquía apartando a dicho país de la alianza servil suscrita con la Gran Bretaña y que llevaría siete años después al país vecino a entrar en guerra y a sacrificar más de seis mil vidas portuguesas.


Al estallar la primera guerra mundial, en vez de refugiarse en la comodidad y en la seguridad de un palacio y dando el máximo ejemplo de que “Nobleza Obliga” se alista en el ejército belga desoyendo las órdenes del entonces Rey de España y Jefe de la Casa Borbón, don Jaime III, quien ordenaba a los españoles y a los carlistas que mantuvieran la más estricta neutralidad ante el conflicto y asumiendo que al tomar partido por “la pequeña y católica Bélgica” se enfrentaba no sólo al Imperio Alemán, sino también al Católico Imperio Austrohúngaro de cuyo Trono era heredera por matrimonio con don Carlos de Austria su hermana, doña Zita de Borbón Parma. En el ejército belga adquiere el grado de capitán de artillería contribuyendo a retrasar diez días el avance alemán por Bélgica lo que, junto con el ataque ruso sobre Prusia Oriental, hizo posible el “Milagro del Marne”. Tras el hundimiento del frente belga, continuó combatiendo en el frente Francés en el sector de Flandes hasta 1917, año este, en que a petición del Papa Benedicto XV, encabezó, junto con su hermano mayor Sixto, una misión diplomática secreta tendente a separar el imperio Austrohúngaro de su suicida alianza con el Imperio Alemán, lo que hubiera favorecido una paz separada con Austria-Hungría, su continuación como potencia centroeuropea y el final de la guerra.


Al terminar la guerra mundial, siguió atento a la política europea, señalando las graves consecuencias que en el futuro tendrían los tratados de paz de 1919 y oponiéndose a las tendencias totalitarias que triunfaban en Italia y Alemania. En 1936, por delegación del Rey Alfonso Carlos I y con grandes reparos autoriza, el 14 de Julio, la adhesión carlista a la sublevación militar del general Mola siendo nombrado el 5 de Agosto de 1936, General de División de los Reales Ejércitos.


El 28 de Septiembre de 1936, al fallecer el Rey Alfonso Carlos I atropellado por un camión militar alemán en Viena, accidente éste que, posiblemente fuera fraguado por los Servicios Secretos franquistas en colaboración con la GESTAPO, don Javier accede a la jefatura del carlismo en calidad de Regente cruzando la frontera española en dos ocasiones: la primera, en 1937, para visitar a su hermano Cayetano, alistado en el Tercio de Requetés “Navarra” con el nombre de Gaetán de Lavardín y herido en los combates desarrollados en torno a Bilbao durante la campaña del Norte. La segunda, en noviembre de 1937, para declarar expulsados del Carlismo a cuantos habían apoyado el Decreto de Unificación de 1937, que fusionaba en un único partido político, FET y de las JONS (Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) a carlistas y falangistas, y para entrevistarse personalmente con Franco para protestar por dicho Decreto. Visita el frente del Norte y Andalucía (Jerez, Sevilla y Granada). Es en la ciudad de la Alhambra donde recibe la orden de abandonar España, decisión por la que nuevamente protestará personalmente ante Franco. Marcha a Portugal, primero, y a Francia después, fijando su residencia en el castillo de Bostz en 1938. Tras el final de la Guerra Civil, se da la paradoja de que el carlismo, facción política integrante de la coalición de fuerzas que gana la guerra, es perseguido y hostigado por el nuevo régimen (expropiación de bienes, locales, periódicos, encarcelamientos, etc.).


Al estallar la II Guerra Mundial en 1939, sirve como Coronel de Artillería en el ejército Belga tras la invasión alemana del país, se retira a San Juan de Luz, en Francia, donde permanece hasta la llegada de los alemanes a la ciudad. Al serle denegada la entrada en España por el régimen franquista, marcha a la zona de la Francia no ocupada, donde ingresa en la Resistencia Francesa ayudando a los evadidos aliados primero y dirigiendo después, en la zona del Alliers, una guerrilla de unos cien hombres. El 22 de Julio de 1944 es capturado y condenado a muerte aunque no es ejecutado siendo trasladado a la cárcel de Clermont-Ferrand, primero, y al campo de exterminio de Natzweiler, en Alsacia, después. Estará allí hasta que el avance de los Aliados provoca la evacuación del campo y el traslado al de Dachau. Allí, tras ser dado por muerto por un médico alemán, le es hecha una trepanación sin anestesia por un médico judío para curarle de una mastoiditis aguda. Nuevamente es evacuado de Dachau ante el avance de los Aliados y trasladado a Prax, en el Tirol. Será finalmente liberado, por tropas estadounidenses procedentes de Italia, el 8 de mayo de 1945.


El 26 de junio de 1950, continuando en su condición de Regente del Carlismo y en abierta oposición al General Franco y a su régimen; jura los fueros vascos bajo el árbol de Guernica y ordena que se deje de calificar a Vizcaya y Guipúzcoa de “Provincias Traidoras”. Un año después, en diciembre de 1951, jura los fueros catalanes en Montserrat. En mayo de 1952, tras ser persuadido de la necesidad de ser nombrado rey por el Consejo Nacional de la Comunión Tradicionalista, acepta concluir los dieciséis años de regencia siendo proclamado rey de España en Barcelona. Poco después es expulsado de España. Envía entonces a sus hijos a España, siendo especialmente relevante el papel de su hijo Carlos Hugo, que se dirige a los españoles por primera vez en calidad de príncipe de Asturias el 5 de mayo de 1957, en Montejurra (Navarra).

En enero de 1965, don Javier convoca a la Junta Nacional Carlista en el castillo austriaco de Puccheim y les expone las líneas maestras de la nueva línea ideológica que habría de seguir el movimiento y que se caracterizaría por su férrea oposición al Franquismo y por el Federalismo en lo político y por un “Socialismo” no marxista y de corte autogestionario en lo social. El 26 de diciembre de 1968, la familia real carlista es expulsada nuevamente de España, so pretexto de que "incumplen las disposiciones que regulan la residencia de extranjeros en España". Al mismo tiempo que desarrolla su actividad carlista, circunscrita al marco español, no abandona su interés por la política y la sociedad internacional participando activamente en el Concilio Vaticano II donde tuvo una relevante influencia y una frenética actividad entre bambalinas.


En febrero de 1972, tras sufrir un grave accidente de tráfico, concede plenos poderes a su hijo, Carlos Hugo, para dirigir el Partido Carlista, y el 20 de abril de 1975 abdica en él.


Dos años después, el 7 de Mayo del 1977 y mientras los carlistas se reunían en su acto político anual de Montejurra, fallecía, en la ciudad suiza de Coira (Chur), en el cantón suizo de Graubünden, a los 87 años de edad el HOMBRE que hubiera cambiado para bien la historia de España y el REY que habría sido la envidia del mismísimo Cid por ser el siempre reclamado “BUEN SEÑOR”.

Tomado del blog: “El Chouan Ibérico”

http://www.elgritodelalechuza.blogspot.com

viernes, 13 de marzo de 2009

LA PLUMA NO EMBOTA LA LANZA NI EL REY A LOS CARLISTAS

Con entusiasmo e ilusión muchos carlistas se reunirán con el Rey en Poblet el próximo 9 de Mayo del presente año 2009 pero hay que recordar a todos también que una semana antes, el día 3 de Mayo, se celebrará la anual reunión de carlistas en el Jurramendi o Montejurra.

Es de entender que las economías no están para excesos viajeros pero considerando que, tal vez, algunos puedan entender que el acto de Poblet es una especie de competencia con el acto de Montejurra hay que recordar parafraseando a Cervantes que al igual que “la pluma no embota la lanza ni la lanza la pluma” tampoco el Rey embota al pueblo carlista ni el pueblo carlista jamás puede embotar al Rey y que tan acto carlista es el de Montejurra que esperamos y deseamos nutrido como el acto de Poblet del que igualmente deseamos y esperamos su éxito.

El acto de Poblet es un acto donde el Rey parte al encuentro de su pueblo al que sirve y el acto de Montejurra terminará siendo un acto donde el pueblo se encamina hacia el Rey.

Así pues la consigna a seguir es: TODOS A MONTEJURRA Y TODOS A POBLET.

VIVA EL PARTIDO CARLISTA
VIVA EL REY DON CARLOS HUGO

miércoles, 25 de febrero de 2009

NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA

Ha llegado a nuestra redacción la noticia de que, organizada por la Associació d´Amics de la História del Carlisme de Catalunya tendrá lugar, el próximo 9 de Mayo del 2009, y como colofón a los actos conmemorativos del 175 aniversario del Carlismo que viene realizando a lo largo de varios meses, un emblemático acto en el Real Monasterio de Poblet panteón de los Reyes de la Corona de Aragón.


Asimismo y con motivo de este acto se reunirá en capítulo, la Real Orden de los Caballeros y Damas de la Legitimidad Proscripta, que supondrá una amplia presencia de miembros de la Casa Real.


Los interesados en participar en dicho acto pueden dirigirse a la Associació d´Amics de la História del Carlisme de Catalunya, Rambla Nova, Número 116, Piso 7º, 2º, 43001 Tarragona, aportando su dirección o medio de contacto para mantenerle informado en todo momento.

miércoles, 18 de febrero de 2009

LA REAL ORDEN DE LA LEGITIMIDAD PROSCRIPTA

En la extensa historia del Carlismo, de más de ciento setenta y cinco años; han existido numerosas condecoraciones militares para premiar a aquellos que se distinguieron en diversas acciones bélicas durante cualquiera de las tres Guerras Carlistas del Siglo XIX, así por ejemplo tenemos la Cruz de Montejurra, la Medalla de Alpens o la de Somorrostro, todas ellas concedidas por S.M. Carlos VII a combatientes en la Tercera Guerra Carlista, pero solo existe una única e importantísima Orden creada en 1923 por S.M. Jaime III, hijo de Carlos VII y que pervive en el presente: la Orden de la Legitimidad Proscripta.


La Orden de la Legitimidad Proscripta fue creada el día 16 de Abril de 1923 por S.M. Jaime III en carta dirigida al Marques de Villores, encontrándose su origen en las noticias que el Rey recibía desde España de las persecuciones que sufrían sus leales proponiéndose su Majestad conferirla “a todos los que por sus sufrimientos o servicios se hagan dignos de ella” y solo mientras dure el destierro de los Reyes legítimos de las Españas, cesando, por tanto, “cuando la Divina Providencia se digne poner término a éste”. La Orden creada por don Jaime III tenía por objeto, a tenor de lo manifestado en la carta al Marqués de Villores, que “los condecorados con esta distinción o sus herederos puedan atestiguar públicamente los derechos que han adquirido a mi gratitud y a la de España, por el ejemplo de fidelidad que han dado a todos”.


La estructura de la Orden de la Legitimidad Proscripta queda establecida en la mencionada carta de don Jaime III que textualmente dice: “la Orden constará de tres grados: caballeros, oficiales y comendadores”. En casos excepcionales se reserva el Rey “el derecho de conceder Grandes Cruces”. Igualmente, “no se podrá obtener la Cruz de una Orden superior sin haber tenido antes la de la Orden inferior inmediata; es decir, que antes de ser comendador, habrá de pasar por la categoría de oficial, y antes de ser oficial, por la de caballero”.


Las insignias de la Orden de la Legitimidad Proscripta consisten “en una Cruz de Covadonga colgada de una cinta con barras verticales negras y verdes; negras, color del duelo del destierro, y verdes, color de la esperanza del triunfo”. La cinta “será sencilla para los caballeros, y llevará una pequeña roseta para los oficiales, y otra de mayor tamaño para los comendadores”.


Desde su creación en 1923 siempre han actuado como Grandes Maestres de la Orden los Reyes sucesores de Don Jaime, así Don Alfonso Carlos I y Don Javier I, quien, por cierto, jamás concedió la orden mientras que solo fue regente. A la muerte de éste en 1977, Su Majestad el Rey don Carlos Hugo de Borbón Parma ha recogido las obligaciones con la Orden de la Legitimidad Proscripta impuesta por sus antecesores y por la lealtad sobradamente demostrada de tantos y tantos carlistas y esta actuando como Gran Maestre dotando a la Orden de unos estatutos que nunca había tenido hasta ahora y convirtiéndola en la Real Orden de la Legitimidad Proscripta.

martes, 10 de febrero de 2009

UN DEBATE IRREAL

“Seguiré luchando por la tercera república española y malditas las guerras y canallas los que las apoyan”. Con estas lacónicas palabras comenzaba don Julio Anguita, pocas horas después de enterarse de la trágica muerte de su hijo en Irak, una conferencia con motivo del aniversario de la República Española de 1931. Sin duda la afirmación relativa a la guerra se puede y se debe compartir pues recordando a Herodoto “no hay nadie que en su sano juicio prefiera la guerra a la paz porque en tiempos de paz, los hijos entierran a sus padres y ello resulta normal; mientras que durante las guerras son los padres los que entierran a sus hijos y ello, alejado de toda normalidad, resulta antinatural”, pero la mención a la forma de gobierno, monárquica o republicana, siempre es cuestionable y en cualquier caso no se puede aceptar una u otra alegremente sin que existan unos mínimos análisis y estudios de los que, por otro lado, tanto agradan al dirigente comunista.

No cabe duda que la creciente aparición de banderas tricolores en las pasadas manifestaciones antibelicistas supone un revulsivo y un escándalo para los beatos de la monarquía encastillados en cierta centenaria corte de papel que apresuradamente comenzaron una denodada defensa de la institución monárquica personificada en Juan Carlos de Borbón; no obstante, todo este debate sobre la Monarquía o la República, aparece como irreal y ficticio por no decir claramente que resulta inútil y estéril.

Es innegable que la república tiene sus ventajas sobre la monarquía, así como también es innegable que la monarquía tiene sus ventajas sobre la república siendo una de ellas, cuando no la fundamental y única, que la función del monarca es constituir una magistratura que, estando por encima de toda opción y ambición política y económica (que no por encima de la ley), conserve la prerrogativa de garantizar en último extremo los derechos de los más desfavorecidos frente a todo abuso de los poderes políticos o económicos y sirva de garantía infranqueable frente a todo desviacionismo de la acción de gobierno hacia la tiranía y la ilegalidad. Pero hoy en día la cuestión no es esa, no es hacer grandes y eruditas disertaciones propias del clasicismo o del renacimiento sobre las formas de gobierno, hoy la cuestión es menos sabia y más grosera. En el mundo actual todo esta mezclado y confundido, no hay formas de gobierno puras y toda forma de estado responde a intereses espurios en los que el pueblo solo es un convidado de piedra en el carrusel electoral.

Si se observa y analiza la república moderna más antigua existente encarnada por Estados Unidos de América, vemos en ella elementos comunes a todos los estados occidentales contemporáneos con independencia de que se trate de monarquías o repúblicas. En ella el pueblo es convocado a las urnas con periodicidad y teóricamente cualquier ciudadano puede acceder a la Presidencia de la República, pero hay datos objetivos que no pueden dejar de llamar la atención como es el hecho de que en la República de los Estados Unidos el poder político esta en manos de algunas familias que históricamente han intervenido directa o indirectamente en el gobierno desde su independencia en 1776, así podemos citar entre otras muchas a la familia Roosvelt que dio dos presidentes y numerosos graduados en West Point, a la familia Kennedy que dio un presidente, varios candidatos a la presidencia y multitud de políticos menores (diplomáticos, senadores...), a la familia Bush, con otros dos presidentes proporcionados al emergente imperio y algún que otro Gobernador. A este hecho hay que añadir que los presidentes norteamericanos deben su acceso a la presidencia a grupos económicos y financieros encarnados también por un número reducido de familias como la Rockefeller (que también desempeña actividades políticas directas), la Morgan, la Vanderbilt, la Hearts, la Carnegie... que controlan poderosas multinacionales y medios de comunicación y que imponen la política a seguir al mismísimo gobierno a cambio de su apoyo siendo la forma de gobierno que realmente rige en Norteamérica no una república ni una monarquía sino una verdadera aristocracia en la que los intereses del pueblo resultan irrelevantes no gobernando por y para el interés general y bienestar común sino para el interés particular de esa misma aristocracia político-económica.

Por lo que respecta a nuestro país (que francamente, es el único que me interesa), a pesar de que la Constitución de 1978 viene a confirmar como forma de gobierno la monarquía que fue instaurada por voluntad exclusiva de “Su Excelencia” en 1969, viene a suceder lo mismo que en la anteriormente mencionada República Norteamericana y que en las demás repúblicas y monarquías del Hemisferio Norte. En Las Españas, desde hace más o menos doscientos años, el poder político es patrimonio casi exclusivo de unas pocas familias que, capeando incluso muy sangrientas turbulencias políticas, han mantenido siempre su presencia política con monarquías, repúblicas y dictaduras. Estas familias entre las que se encuentran los Aznar, los Suárez, los Cabanillas, los Fernández Cuesta, los Primo de Rivera, los Calvo Sotelo, los Morán, etc. ... perpetúan sus cargos transmitiéndoselos a sus descendientes y llevando una muy interesante táctica de enlaces matrimoniales entre ellos que les permiten conservar siempre su influencia con independencia del partido que resulte vencedor en las elecciones. A estas familias “políticas” hay que añadir la existencia de otras familias “económicas” que se perpetúan en la vida económica del país del mismo modo y que aportan el apoyo financiero, económico y mediático al poder político para que éste gobierne en beneficio de sus intereses. Así podemos observar con estupor que nuestra política europea esta dirigida por grupos financieros e industriales, nuestra reciente política internacional en Oriente Medio, concretamente en Irak, ha estado condicionada gravemente, desde 1991, por los intereses económicos de las petroleras y constructoras españolas y que las relaciones diplomáticas con los países hispanoamericanos esta en su práctica totalidad en manos privadas, en manos de empresas multinacionales como Telefónica, el Banco Bilbao-Vizcaya o el Banco Santander Central Hispano. También resulta claramente manifiesto que la política interior ejecutada por el gobierno central o por los gobiernos autonómicos no es efectivamente elaborada y planteada por el Congreso de los Diputados, por las Cámaras Autonómicas o por el Consejo de Ministros sino por ciertos consejos de administración de entidades financieras y empresariales.

Así pues, atendiendo a estos hechos difícilmente cuestionables, la discusión sobre la Monarquía o la República resulta un debate altamente irreal, no tanto por la verdaderamente escasa militancia monárquica o republicana como porque, hoy en día, ni la República es sinónimo de libertad ni la Monarquía equivale a estabilidad. Actualmente ha quedado sobradamente probado que tan bananera puede ser una Monarquía como una República y que tan criminal y tiránica puede ser una República como una Monarquía, siendo el sistema de gobierno universal que impera en todos los estado occidentales sin excepción un sistema neoaristocrático nacido de una muy provechosa simbiosis entre un reducido número de familias que ejercen el poder o la influencia política y otro numero igualmente reducido de familias que disponen del poder y la influencia financiera y económica.

(Artículo tomado del blog www.elgritodelalechuza.blogspot.com)